En un emotivo adiós a una vida dedicada a las tradiciones patronales, la comunidad de Tizimín se reunió para rendir homenaje a doña Filomena Tun Canché, quien, durante más de 50 años, fue una figura destacada en las festividades taurinas junto a su difunto esposo, Amelio Kantun May. La conmovedora despedida tuvo lugar ayer, 11 de enero.
Antes de ser trasladada al cementerio, el féretro de doña Filomena fue llevado al ruedo que, año tras año, ella y su esposo coronaron el 6 de enero como parte de las festividades. Esta vez, el coso taurino se convirtió en el escenario de su última coronación, marcando el final de una vida dedicada a la defensa y celebración de las tradiciones locales.
El cortejo fúnebre partió de su hogar a las diez de la mañana, dirigiéndose hacia el coso taurino, donde amigos, familiares y compañeros diputados de la feria y palqueros la esperaban para ofrecer un sencillo pero conmovedor homenaje. Uno de sus hijos expresó su agradecimiento a todos los presentes por acompañar a doña Filomena en este momento significativo.
Después de varios minutos de emotivas despedidas, el féretro fue colocado nuevamente en la carroza, y el cortejo continuó su camino hacia el cementerio. Los coloridos ramilletes que adornaban la plaza de toros fueron cambiados por ramos de flores y coronas fúnebres, marcando la transición hacia la última etapa de este sentido adiós.
Los volantes, portadores de mensajes que anunciaban la cercanía de quienes acompañaron a doña Filomena en su última visita al ruedo artesanal, fueron testigos silenciosos de la profunda conexión que existía entre la comunidad y esta defensora de las tradiciones.
La partida de doña Filomena Tun Canché deja un vacío en el corazón de Tizimín, pero su legado perdurará en las memorias de aquellos que compartieron con ella su amor por las tradiciones y en la emblemática plaza de toros que, por última vez, fue testigo de su coronación.
